domingo, 13 de mayo de 2012

Uno

Ayer de pronto me agarraron ganas de decir cosas. ¿Qué? Esa es la primera cuestión. ¿Qué son estas ganas de salir a hablar sin tener necesariamente algo para decir? (y eso que omití el "tener algo INTERESANTE para decir") Sólamente porque el concepto de "interesante" es completamente subjetivo... como la mayoría de los conceptos, para el caso.

Fail N°1: Empezar a escribir una entrada de blog a mano en un cuaderno. Y no porque esté mal de movida la rusticidad, sino porque en mi caso lo hago más de cagona que otra cosa. Probablemente esta sea otra de esas hojas que quedan olvidadas en un cuaderno a medio llenar, que se acumula con otros de su misma condición en una pila, bajo el título de "todavía tiene hojas libres", o sea, "no da tirarlos aún".
Así, es muy facil que esta "entrada" quede perdida y que su autora no sienta un ápice de culpa al respecto.

Fail N°2: Por lo que puede observarse hasta ahora este texto no es más que una queja autoreferencial sobre este mismo texto, que se retroalimenta infinitamente.

Fail N°3: Ponerme a escribir la entrada en cada momento libre que tengo, que además había decidido dedicar a estudiar. Y para ser bien, bien masoquista, hacerlo con la pila de fotocopias lo más alta que encuentre esperándome sobre la mesa, justito al lado mío, casi respirándome en la oreja, no vaya a ser que disfrute el rato de haber hecho cualquier cosa que no era la que debía estar haciendo.

Fail N°4: Sentarme a estudiar, o en cualquier caso a escribir, en un Burger King en el que se está festejando el cumpleaños de 6 de algún nene. En el mismo piso. Kill me now.

Se ve desde lejos que no la está pasando bien ni el cumpleañero, no me quiero imaginar el animador. ¿Y el ruido puede ser peor? Esto de la acústica de mierda en los lugares de comida rápida tiene que tener algún propósito. Deseo desde lo más profundo de mi ser que haya un justificativo para lo mal que la están pasando mis oídos en este momento.


Me acaba de cambiar el humor.
¿Puede ser que un mísero mensaje de texto nos de vuelta el día así, por completo? Si esto fuera un video mostraría cómo los gritos de los nenes se transforman abruptamente en una melodía perfecta, y la gente sentada en las mesas parece sonreir al borde de la ridiculez total.
Qué terrible. Me vengo a creer que ya no dependo emocionalmente de nadie y de pronto estos pendejos parecen estar cantando como el coro Kennedy.

Maldito mensaje. O bendito, o no sé.

3 comentarios:

  1. El paso previo por el cuaderno no tiene que ver con el miedo -eso es puro prejuicio- más bien es un tic de escritor, sólo los escritores saben que hay que corregir, reescribir y elegir. Sino, cualquier taquígrafo/a sería un escritor prolífico. Qué curiosidad despierta el mensajito de texto!
    Ricky Svk

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  2. No, lo que te decía es que todos estábamos interesados en saber de quién era el mensajito salvador.
    Gracias por permitirme expresarme en tu blog sin tener que revelar mi identidad secreta jaja.
    Flopi

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  3. muy lindo, un placer leerte. Qué genial sería si pudiéramos tansformar más frecuentemente un bullicio insoportable en una melodía deliciosa, no?

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